Saturday, December 31, 2011
Se metió en mi sueño...
"Se metió en mi sueño desollando capas hasta que no hubo ninguna que me protegiera. Ahí, sin defensa, inoculó la pesadilla. Resistí con fuerza queriendo despertar pero una vez despierta el miedo traspasó la vigilia. Palabras de día que atrajeron malos espíritus, silencios que no debí callar, espantos que me amanecieron, no querer dormir más y la certeza de que el destrozo no es la herida sino una criatura autómata que vive sin pretensión pero que igualmente daña."
seguir leyendo en el Apartado VIII de http://esamujerestaloca.blogspot.com/p/diario-de-lecturas.html
La fiera.
La fiera nunca abandona su territorio
imbrincada en la carne y el hueso que
además de su alimento
son su hogar
a veces le ponemos el vestido amable
de la palabra
o la formidable armadura
de las estructuras conceptuales
los sistemas de creencias
y las prácticas religiosas
otras veces la encorsetamos
con la parafernalia ortopédica del buen bestiar
el descontrol guionado
el pedacito de la manzana que nos es permitido morder
sin atragantar
la fiera contempla y se lame
tranquila
en su territorio de sombra
que tanto se parece
al origen de la luz
Final previsible
Es tan vago el recuerdo del ruido,
que se corroe en silencio.
Es tan vasto el tiempo pasado
que se confunde con futuro.
No es a tientas la vida sino es
un tacto pendiente.
y
Nada
profundamente
Nada.
Observo
la lejano un Cielo
confuso y eterno.
Punto.
Ni quiera tiempo de comas
o suspensivos
Punto.
Partida inminente de
los últimos
retazos del ser que queda
desmoronado
y
un último sonido llegando
a
mis oídos
Son sus conocidos
pasos
recorriendo la
ante - sala
Ella,
acaba de entrar
y
La Muerte se suicido ante sus ojos.
Hueco...
Hay un hueco como pétalos
donde habita tu ausencia,
como un piélago de sábanas
que huele a albas gastadas.
Es la reliquia de un vacío
que a veces tu estar vestía
con la mitología de la completud
y el rito avaro del deseo.
Ahora sólo resta la erótica viciada
por las correcciones del olvido
y la repetición fantasmal
de tus ademanes invisibles.
En qué...
En qué licor desenfrenado
de dulzor amargo
este tango de ciudad
me devuelve a vos,
este río infinito, casi mar,
sucio mar de alcohol
puro en su impureza
como el pueblo levantado
En qué rincón
de este barrio
yo te encuentro,
mujer desnuda Buenos Aires
casi a punto de la nada
de esta nada desgarrada
en rock `n roll.
Soy los treinta mil
o los doscientos pibes callejeros
soy la sangre de tu pueblo
arrancada por quién sabe
para hacer girar la maquinaria
del sistema.
Soy solo estas palabras,
un tango,
como vos.
Estadía ausente
Esta durmiendo conmigo en mis sueños.
Esta en mi futuro en forma de plan.
Esta en mi sofá silbando una melodía.
Esta en el bar brindando al azar.
Esta bajo el agua en la tormenta.
Esta en las rosas deshojadas en primavera.
Esta en el sol cuando amanece.
Esta en la luna cuando crece.
Esta en mis manos y en mis piernas.
Esta en mis pasos, en mis caricias, en mis certezas.
Esta en las mentiras, en las verdades, en las sorpresas.
Esta en mi mesa, esta con mi copa.
Esta en mí cabeza.
Esta en su ausencia.
Vidas que no viví
#1
Me quedo en la nieve universitaria de Canadá
adaptado a la vida bajo cero (fahrenheit)
me enamoro de una pelirroja pálida de Sasketchewan
terminamos en Vancouver
ella es asistente médica
yo reboto aca y alla y termino poniendo una taverna
vamos de baño de playa, y de esquiada en el Cañon Fraser
vivimos en un capullo de amor tórrido en invierno
y revolcadas en el agua en verano.
No nos interesa si hay comunismo.
La homosexualidad es uno de los 31 sabores sexuales
que nuestros amigos gozan
cuando no toman cerveza con nosotros.
Somos judíos budistas cuando se nos da por serlo.
Llega la cigüeña: Angela, Michael, Françoise.
#2
Me quedo en la "carrera" inútil de filosofía
inútil no siendo heredero
en un país de italianos que hablan castellano
pero se creen ingleses;
quiero ser cura pero me gustan las mujeres más;
termino oficinista de nada, frustrado, incomprendido:
le huyo a los guerrilleros y a los gorilas
me agacho para que no se me pegue la mierda que vuela ...
alguna gila se me acopla
buena chica
no tenemos chicos porque para que traerlos a esto
ella es inteligente, sonriente
ve en mi lo que no ve nadie, ni yo
le tengo compasión por clavarse conmigo
pero la quiero, de veras
y vamos a mardel o a necochea o a tandil
y nos escapamos a la patagonia
Ingeniero Jacobacci
vendemos masas a los turistas del tren
y entre trenes
escribimos poesías.
#3
Me quedo en Inglaterra
pero no aguanto más a Londres
estos ingleses mustios, pálidos que no saben sonreir
me tomo el tren a Glasgow
y en un pub sorprendo a una periodista que sonríe
le tomo la mano y se la beso
su cara se vuelve tomate
pero terminamos juntos
ella con el diario, cazando crímenes
yo con mi novela, cagándome de frío en casa
pero nos calentamos en pub despues del laburo
y engrasamos la pasión con cerveza negra
y nos convertimos
en la calefacción central que estos británicos de mierda
se olvidaron de instalar, o no lo hicieron a drede,
una de esas cosas esquivas que tienen;
vamos a las charlas del partido socialista
donde somos todos "hermano" y "hermana"
y analizamos todo
sabiendo que nadie, pero nadie
nos dará bola hasta aquel día dorado
que la reina no permite.
#4
Delantal blanco
pueblo boanaerense
era bicho raro,
pero ni sabían por qué
jugábamos al fobal
en el baldío por el potrero,
seis por ocho corro a la lechería bizcocho
comercial me decían, que es práctico
yo con las tuercas
"nena, qué comés, ¿bulones?"
al industrial
a la colimba
a cagarme de frío en esas malditas Malvinas
y la Pocha
que vino a verme después
en el hospital
¿sabe, jefe?
y ahora la Pochita se viste de nosequé
todo negro, pelo multicolor
como esas gatitas de puerta de hotel
en la capital
¡y! Ese es el futuro, vio?
#5
The New Yorker publica un cuento mío
The Paris Review otro
En Frankfurt las casa editoriales
lidian por la traducción
de la novela que no he terminado
y me dan el Premio Nobel en Literatura
vendo la novela a Hollywood
me voy a vivir a un chalecito
en Uruguay
y de vez en cuando envío un manuscrito
por internés
a los editores
de N York, Londres, Barcelona, Buenos Aires, Tokyo
que exigen mis palabras
que me llueven con críticas aduladoras
en el Yomiuri Shimbun
voy a conferencias
y las mujeres entran en pugna
por arrebatarme un beso
vuelo en primera
voy en coche ancho con chofer
como en restaurantes de tantas estrellas
que ni pueden contarlas
y Tolstoy me envidia
desde su tumba.
Se quita la ropa
Se quita la ropa con la destreza de lo habitual,
la cuelga ordenadamente en el armario (hay lugar)
Descorre el techo, apaga el sol y abre la lluvia,
la que juega con su piel y la muta una vez màs,
en la secreta intimidad,en la que nadiè conocerà,
sabe que al dìa siguiente se probarà otro disfraz.
la cuelga ordenadamente en el armario (hay lugar)
Descorre el techo, apaga el sol y abre la lluvia,
la que juega con su piel y la muta una vez màs,
en la secreta intimidad,en la que nadiè conocerà,
sabe que al dìa siguiente se probarà otro disfraz.
Corro...
Corro tras ellas que se esconden en las esquinas de pequeños cìrculos ocultos bajo la alfombra.
Mutan, se camuflan, puedo escuchar el murmullo burlòn de sus risas pero no me rindo.
Apago la luz porque a veces se asustan en la oscuridad agolpàndose en el alfeizar de la ventana buscando el reflejo de alguna luna, pero nada, no encuentro la forma de atraparlas en forma ordenada, se dispersan, resbalan.
Creo acorralarlas pero inevitablemente alguna me falta.
Enciendo un cigarrillo y me recuesto en el sofà con falsa indiferencia a pesar que dos de ellas trepan por mi cuerpo y juegan en mi boca en forma descarada.
Si pudiera morderlas...
Malditas palabras.
Nani Ortiz Abello
Tenemos palabra
Tenemos palabra, pero la carne
fermenta bajo la semántica
la comunión acaso perdida
con el océano madre, útero
de todas las letras orgánicas,
de una caligrafía barrosa
como un espejo de ciénagas,
donde se inscribe lo casi todo
de lo que estamos hechos,
antes de urdir símbolos.
de Tomas del Oeste.
Sunday, December 4, 2011
Obscena
detrás de lo que seduce
tu mirada
detrás de lo que atrapa
tu intelecto
detrás de tu pasión recolectora
de especies exóticas
detrás de todo eso
una mujer crea frágiles rituales
para anudarse a la vida
Nikka Scalper en
http://scalperama.blogspot.com/2009/08/obscena.html
Las sienes oprimen...
las sienes oprimen
en el intento de unirse.
Magenta y ácida
la cicatriz capilar
Imágenes que no concibo despierta
Tendré que esperar la hora
de estar acurrucada
en el techo alto
y confundido de mi terraza
Jugar como...
(de Alan Austin Departiendo calles)
Jugar como una burbuja con el viento
sin temor de caer.
Rodar como una piedra
buscando la orilla del rió azul.
Flotar como una pluma suavemente
sin miedo de descubrir
que esconde el cielo.
Saturday, December 3, 2011
Ella cocina...
Ella cocina y yo la observo o hago que o simplemente escribo mientras algo en algún punto del Universo se cuece.
Escribir es detenerse ante cosas sagradas, pienso.
Entonces, me detengo.
Ella revuelve con una larga cuchara de madera el líquido que no veo,
dentro de una enorme cacerola.
Su desnudez me observa.
Aromas.
Escribo en la hoja en blanco.
Vuelvo a observarla . Y no se muy bien como continuar.
Sus caderas tienen el vaivén de la cuchara.
Me escruta de reojo.
Sonríe.
- El gusto es el gran socio de la memoria - me dice - vení y proba.
Me acerco.
Mi lengua roza la cuchara . El sabor me hace cerrar los ojos.
Recuerdo a la Magdalena de Proust.
Algo me fascina en el tacto del sabor.
- La Bouillabaise viene de la recolección de restos variados descartados en el puerto de pescadores de Marsella - me dice.
- ¿ Estuviste en Marsella? - pregunto
- ¿ Qué sentiste ?
- Sabor a Marsella
- Entonces, sabes que estuve allí.
- ¿ que es exactamente lo que se guisa en la olla?
- Que importa. Son estímulos para los sentidos.
- Tu concepción de recetas para los estímulos huele a conjuros.
- Tus letras hacen lo mismo. Y yo no pregunto.
- Las palabras no son conjuros . Y esa olla huele a Queimada.
- Tus palabras son elixires para mí y para todo aquel que tenga esencia de comprender finalmente todo lo que no nos es dado a comprender. Y eso es también una Queimada.
- Es demasiado filosófico el pensamiento como para vertirlo mientras se revuelve una olla.
- No existe filosofía que pueda explicar el significado ancestral que existe en una mujer cuando aromatiza comida para un hombre.
- ¿ estas bien ? me estas preocupando.
- Lo que te preocupa es no poder describir el aroma que irradia esta olla sobre tu papel en blanco.
- Es demasiado intenso el aroma...
- Entonces, cierra los ojos y solo huele y dime que ves .
- Veo lejos.
Un aguacero en tembloroso vuelo sobre un empedrado.
La calle es angosta.
Hace frío .
El miraba profundo a través del ventanal.
Espera a alguien.
Bajo la llovizna se expande un aroma.
Es el mismo aroma.
Una mujer corre bajo el aguacero.
Aroma de Café.
De un Café raro.
Ella entró como dos relámpagos azules y por un instante El deambulo sumergido en sus ojos.
Su maleta pequeña alcanzaba su Mundo.
El secó su lágrimas mezcladas en lluvia.
Se abrazaron .
Y Ella se tocó su vientre.
El sonrió
y acompaño su mano.
y
El aroma invadió la sala una vez más.
Afuera la lluvia esperaba
para que todo germinará y naciera...
Entonces,
- Ya apodes abrir los ojos.
Podes volver a tocar mi vientre ,como aquella tarde de lluvia , bajo el mismo Cielo , bajo el mismo aroma...tal vez nosotros somos los mismos o tal vez no... que importa...
Ahora, vamos a cenar
mientras París continúa caminando con pasos de niño y
mi cuchara revuelve el conjuro que se mezcla con tus letras.
Tuesday, November 29, 2011
La hoguera...
La hoguera del eterno cielo mariano
Ríe ahogado entre sus penas
con la oscuridad de la noche se esconde
Y con la luz del día, despierta
Salen triunfantes las moscas de sal
Envueltas en la malicia matinal
Llevan en sus patas el recuerdo
Quemado por una cruel indolencia
Mueren los acontecimientos del aire
Que por inercia de la modorra
Caen con un newton de fuerza en la pradera
Lloran los versos del poeta peruano
En algún estante de Crisol olvidado
Sufren una rima eterna en su segundo
(de Diana Diaz Loarte)
Buenos Aires...(3)
Buenos Aires... ¿Sos?
¿Sos la que sostuvo unos piecitos
de apenas tres años
correteando entre pollos al spiedo
y bohemia?
¿La de la calesita y la sortija,
coloridos fileteados en el Lezama,
la de veranos abrasadores
y siestas sobre el piso fresco
allá por Barrancas?
Ya no soy aquella, lo sé
todo me sabe a sueño lejano
Pero hay algo... algo que perdura
ese no sé qué, que palpita
y revive cada vez que piso tu puerto
Ese no se qué, impalpable y dulce
que tú tienes disfrazado de recuerdo
(de Sabrina Bonilla)
Buenos Aires...(2)
Buenos Aires tiene la humedad de los esquinas con besos, la inconsciencia de las palabras de amor y de los tragos en los bodegones. Buenos Aires tiene tantas calles como lunas. Tantos favores como desencuentros y un río que se lleva en las madrugadas, el silencio de las almas que se buscan sin consuelo
(de Claudia Oszlak)
Buenos Aires...
Buenos Aires ya no es.
O quizás soy yo quien ya no es.
Ella ya no es el espacio imaginario
del perfume a lluvia y a gris.
Ya no es el laberinto inconcluso
que entrelazaba destiempos,
la modernidad y lo atávico.
No es la vereda del beso improbable
ni la galería silenciosa de sombras
indagando consuelos.
Yo ya no soy la juventud eterna
que inventaba sentidos en libros ajenos
y en los escotes frescos.
(De Tomás del Oeste)
Un hombre moribundo...
Un hombre moribundo se aferra a la biblia en blanco. Busca su génesis, pero no lo encuentra. Condenado a milenios de soledad por no saber leer el silencio, llora impotente conociendo su destino. No hay salmo para su pena, no hay paz que alivie su condena. Ya no quedan secuaces que vigilen su afiebrado sueño, ya no hay turba ignorante postrada a sus pies. Los monstruos que forjó con su mente son ahora huéspedes permanentes de sus paredes. Y aúllan, lo llaman. Y se estiran gomosos, alquitranados, intentando tocarlo. El horror, el horror... un ácido que carcome hueso y seso, el horror, la moneda que cubre sus ojos.
El hombre moribundo perdió su mundo por no saber pedir perdón.
Sabrina Bonilla
Saturday, November 26, 2011
Qué puedo escribir...
Qué puedo escribir
si tengo los ojos de la memoria descansando en un rincón,
y el alma no necesita permiso para rasgar las paredes
Nada tengo que pedir
la luna se agranda y acuna mi niña
Me puedo descubrir
el vicio de ser yo se mantiene impávido
y mi silueta se derrama
Días...
Dìa de inquietante calma,
sonidos imperceptibles
gestaciòn de palabras,
sentimientos en ficciòn
realidades en las palmas,
me acompaña cada gota
de lluvia
(o)
quizas sean làgrimas.
(de Nani Ortíz Abello)
Mis viajes...
Mis viajes,
tus corridas,
mis huidas en las esperanzas.
Tu necesidad imperiosa de hallarme.
Nuestro tropiezo,
tras cada recorrido hecho,
tras cada ausencia.
(de Vivian Costa Giannetti)
La poesía todavía
(de Marcelo Firpo)
La poesía todavía existe
el río pasa y se siente río
las palabras nunca serán las mismas
el amanecer ya tenía manchas.
Hoy
(de Claudio Pérsico)
El Ansía
Sediento.
Hoy estoy sediento.
Sediento,
de profundas sollozos
más
sediento,
de sarcásticas carcajadas.
Sediento,
de profundidad.
de
profunda profundidad
de
esa que no se sale.
Sediento,
de bares y desmanes
de ocasos y de
tu ómbligo,
Sediento.
Sediento,
de locura,
de fuego
y
de claudicar.
Sediento,
de los sueños,
de sangre
y
de los patíbulos del alma.
Hoy estoy sediento.
Terriblemente
Sediento.
Entonces ,
LLegó el instante
El que tanto ansiabas.
Hoy
aparecerá sobre tus sienes
el delicado
monstruo,
el que te seduce ,
el que te consume,
el que te hormiguea
el que acaricia la muerte
el que juega a destiempo
el que no juzga
el que escribe la Poesía de la fuerza
el de la desnudez
el de las fauces
el de las trampas
y
de los ocasos
Hoy
voy a infiltrar
la eternidad
sobre
una masa de carne sana
Hoy
sediento voy por tí,
simplemente,
voy por tí.
Crecí como la marea...
Crecí como la marea hasta encontrarme en la respiración agitada de tu lado izquierdo.
Un puñado de canciones deshabitadas viven en mi armario junto al intento de esconderme de tus ojos
Alcanza la luna, cómplice de huidas. Su luz, cobijo de mis secretos
No hay tantas manos como caricias vacilando en mi espalda
(de Claudia Oszlak)
Wednesday, November 23, 2011
Espejo
"Fue tan difícil encontrar el espejo. Como si las paredes, el techo, los muebles se lo hubiesen tragado. Era un espejo como cualquier otro, usted sabe. Los hay de vidrio, de madera, de yeso, de piel. Cada uno lo puede inventar como quiera, lo difícil es que funcione. Algunas personas lo llevan en el bolsillo del traje. Yo acostumbraba a llevarlo del lado de adentro, no me gustaba que lo vieran y menos que lo usaran en sus juegos de guerra, porque también dicen que tiene esos usos. Otros los llevan de aros, como reloj o simplemente de espejos para peinarse por las mañanas. Yo lo usaba de escondite, gustaba de traspasar sus fronteras y observar desde allí los movimientos de la gente.
La cuestión es que ya me había acostumbrado a mi espejo, a sus formas y sus colores y encontrarlo así, roto, entre las sábanas, me hizo mal, es como volver a empezar de nuevo. Claro que siempre existe la posibilidad de comprar uno."
Marcelo Firpo
Insomnio
Cuatro de la mañana. Inmóvil en la cama repasa mentalmente cada sonido de la casa que duerme. El reloj en la cocina y su tictac inexorable; la eterna gotera en el baño que nunca arreglará; los gatos sobre las tejas jugando al amor y a la guerra; la respiración de ella, leve, pausada...
Ella... Años de insomnio le enseñaron a detectar el momento exacto en que por fin se queda dormida: una inspiración profunda como inhalación de buzo buscador de perlas; un suspiro y el ligero temblor en sus dedos finos, tecleando palabras imaginarias en fugaz crispación. Años observándola en la penumbra como nunca lo hizo durante el día, proyectando el camino de su espalda, imaginando el mechón de pelo interrumpiendo su rostro cual azabache antifaz. Cuenta los minutos. Son las cinco. Bosteza, se acomoda pensando sin pensar. A veces quisiera sacudirla de su sueño, mirarla fijamente a los ojos y pedirle perdón. A veces solo desea, sin previo aviso, empujarla de la cama junto con sus valijas y empezar de cero (su humor retorcido lo hace sonreír imaginando la escena). El reloj, la gotera, las preguntas martillean una y otra vez... ¿Cómo fue que las noches se volvieron de hielo? ¿Cuánto hace que se transformaron en extraños? ¿Por qué continúan aferrándose a sus corazones heridos? Afuera, una gata llamada Flora maúlla desconsoladamente. Se tapa la cabeza, derrotado. Mañana será otro día.
Sabrina Bonilla
Tuesday, November 22, 2011
Piedra Silente Hotel 1
No voy a fingir que este silencio es o vendría a ser todo lo que de alguna manera nos decimos.
No quiero querer. Sigo no queriendo querer y huyendo de lo que amo en el mundo porque promete mi mundo y promete demasiada ausencia. No quiero volver al lugar de la falta. No quiero aunque fuera lo único cierto (que no lo es) aunque fuera lo más sincero (ya no digo nada).
Me voy a deshacer. Su destino (que yo elegí) fue deshacerse y quebrarse a la mitad y secarse por dentro con una luz casi divina, una suave incandescencia terrena que promete sin querer, que ilumina y pone a rodar la vida por la vida, por rodar contra la muerte.
Yo le dije serás así. Y era una visión hermosa. Y es una mirada hermosa, de ojos negros enmudecedores en un cuerpo que amadrece cada vez más temprano. Ella deshace su poder en pequeñas decisiones que cambian el mundo y marcan diferencias, mientras su inocencia baila y el dolor agita las campanas de la experiencia, que dan un paso atrás para curar a los más débiles, los abandonados, los extrañados de sí y de la vida.
No voy a releer. No voy a corregir. Porque es así aunque te quedes callado. Porque no leerás, porque aunque quieras y yo lo quiera no leerás.
Porque en el corazón hay un no muy grande, hay un saber enorme y una memoria que me tira y que me dice que nunca tendré casa y que me agotaré en estos caminos ajenos para llenar el cielo de dragones y perderme en la victoriosa vaguedad de los que no se guardan nada.
(en Piedra Silente Hotel, de Nikka Scalper)
Inerte el alma...
Inerte el alma en dos secuencias
convertida a isla perdida en ausencia,
indiferente ante la amenaza del oleaje
conciente del ahogo que se acerca.
Temiendo la pèrdida del instinto
... aterida por el hielo que la rodea
no atina a retomar el viejo rito
de coser con hilos vìtreos la condena.
(repitiendo el bordado)
Nani Ortiz Abello
Sensaciones iluminadas de un despertar
Desperté confuso.
Dilatado.
Algo desmembrado.
Me suturé.
Como pude levante las hendijas de los párpados.
La lengua reconocio los labios.
Sal amarga.
Estire los diafragmas.
Sentí instestinos en el alma y el alma neuronada.
El Esqueleto deambulaba despacio.
Sentí sus sonidos en mis sienes.
Esparcidos.
Las arterias se conjugaron en caminos y la sangre
broto de ellas.
Me acerqué al espejo.
y
No me refleje.
Entonces,
me dí cuenta que estaba
Solo,
y
así reinaría hasta que mi Deseo
desee
lo contratrio.
Claudio Pérsico
Monday, November 21, 2011
Una de Nikka
una mujer de oscuro
cuida mis andares
levanta una ceja aguda
ante los cruces del peligro
pone frío cerrojo
en los portales de la Muerte
y camina sin perdernos
entre los fantasmas que velan
lo pequeño de lo cierto
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